'Otro golpe atronador del segundero en su recorrido infinito a través del tiempo. Es como una gota de sangre derramándose de su alma constantemente. El gélido aliento de la muerte hiela sus sentidos.No puede ver mas allá de lo que tiene ante si, pero al mismo tiempo, piensa en todo lo que le ha impulsado a llegar a este momento. Es difícil oler a libertad con dos cadáveres delante. Siente los eslabones de la cadena que forma su sentimiento de culpa en cada fibra de su ser. Y, al mismo tiempo, no es capaz de encontrar remordimientos en él.
La liberación de una pesada carga ha sido consumada, hecho que una y mil veces trató de evitar, ahogando su dolor bajo un manto de falsa indiferencia y una constante sonrisa displicente.
El fin ha llegado para él y su sed de venganza. Por las noches en vela, los gritos, los llantos...el miedo. Miedo, una palabra representada en una persona para él. El puro temor reflejado en un rostro. Manos temblorosas cada vez que su mirada se encontraba con la de aquella persona. Ahora un cadáver. El poder que se obtiene de una vida acaba con una muerte, ya sea con la propia o provocando una ajena. Él lo sabe, y sonríe. Pero no es una sonrisa feliz. Lleva en cada milímetro de sus labios la mas profunda amargura soportable por el ser humano. Se da media vuelta dejando atrás los cadáveres, y su vida. Camina sin mirar atrás, el pasado ya no existe para él, ni siquiera el presente, aun menos el futuro. Llega a la cocina. Entre cuchillos afilados encuentra una bolsita de té. Aromas muertos. Calienta agua, a pesar de que su lengua ya no distingue el frió del calor, como ha de ser en todo muerto en vida. Azúcar, busca azúcar. No la encuentra. Se desespera, grita de rabia y dolor. Llora el nombre de las personas que yacen en la habitación contigua.
Vuelve sobre sus pasos y camina hacia ellos. Hay algo brillante en el suelo, metálico. Pone el filo en su cuello y el brazo obedece a su cerebro como si de un mandato divino se tratase, sin vacilación, secciona. Un mártir muere, como ha de ser. Pero no muere solo, por lo que ellos han hecho merecer.'
No hay comentarios:
Publicar un comentario